PÓLVORA Y CONFORT

lunes, 26 de abril de 2010

CHATARRA

Estamos justo a un mes de la tercera visita de Paul McCartney a México y debo confesar que mi sangre punza cada vez más fuerte, ese líquido quiere traspasar mis venas y salpicar a todos. Hay tantos recuerdos que explotan en mi cabeza…

Siendo honesto ya me da miedo salir a la calle y es que no falta el amigo que encuentro llorando por no tener un boleto para el concierto de Paul. Hay otros que también lloran pero por sentir en sus manos ese acceso que hincha los dedos de alegría.

Yo sólo sé que por fin los corazones rotos empezarán a sanar.

Por ahora sólo quiero cantar

Junk o "Chatarra", es una canción que Paul McCartney compuso en el viaje que realizó con los Beatles a la India, sin embargo no fue incluida ni en el Álbum Blanco, ni en el Abbey Road. Fue hasta el primer disco solista de Paul cuando el mundo conoció esta joya.

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Vamos calentando las cuerdas

Video: Junk en vivo desde la Cabaña de Queso (26/Abril/2010)

Chatarra
Letra y música
Paul McCartney

Coches, manubrios,
Bicicletas para dos
Aniversario para corazones rotos.

Paracaídas, botas sólidas
Sacos de dormir para dos
Campamento sentimental.

"Compra, Compra” dice el letrero en la ventana de la tienda
¿Porqué, porqué?” dice la chatarra en el almacén.

Candeleros, ladrillos de edificios,
Algo viejo y nuevo
Recuerdos para ti y para mí

"Compra, compra” dice el letrero en la ventana de la tienda
¿Porqué, porqué?” dice la chatarra en el almacén.

En esta letra se puede observar como Paul marca, por un lado, el materialismo que impera en la humanidad consumista/globalizada, ese “compra, compra” que aparece en todo el entorno mediático en el que vivimos. Y por otro, el lado romántico, ahí nos invita a recordar (casi subliminalmente) esas veces en las que nos hemos perdido entre las montañas con una chica y pasamos una velada silvestre en una casa de campaña. Bueno así yo lo siento.

Nos vemos el 27 de Mayo en el Sol.

jueves, 8 de abril de 2010

LADRÓN DE BICICLETAS

En esos años las calles de Italia lucían devastadas, con un olor a sangre derramada que los romanos percibían al momento de ir al trabajo, claro, si tenían la suerte de contar con uno. El panorama Europeo y en particular el italiano mostraba un rostro desolado pues la Segunda Guerra Mundial tenía muy poco tiempo de haber terminado, la desconfianza no cesaba en medio de una sociedad que seguía respirando el temor de la masacre aún fresca.
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Entre estas cloacas existió un grupo de artistas que no se quedaron con los brazos cruzados y salieron con sus cámaras a filmar lo que pasaba en esas calles sin ley, dando como resultado una de las manifestaciones más importantes para el cine en su historia: el Neorrealismo italiano.
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LADRI DI BICICLETTE
En la película, el protagonista llamado Antonio logra por fin conseguir empleo, pegando carteles por toda la ciudad, gracias a que él a diferencia de los demás tiene una bicicleta. Su suerte cambia radicalmente cuando se la roban, ahora tratará de encontrar al ladrón y así recuperar su herramienta de trabajo. La presión por no tener éxito en su búsqueda lo conduce a hacer cosas que él nunca imaginaría como visitar a un vidente por ejemplo. Antonio ya no encuentra una salida en su problema y ve sólo una solución enfrente...
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A finales de los años cuarentas, el presupuesto para realizar cine en Italia era casi nulo por lo que cineastas Neorrealistas como Vittorio de Sica, cambiaron el estudio de grabación súper producido, por las calles y escenarios naturales, utilizando además actores no profesionales, todo esto para reducir costos. Es así como Lamberto Maggiorani antes de ser contratado para hacer el papel de Antonio, era un humilde obrero, por lo que su participación en la cinta más que catalogarla como actuación, la consideraría como un dejarse llevar por su propia realidad, con los mismos matices grises con los que día con día se enfrentaba.
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Varios días después de que vi esta película me paseaba por la Alameda Central y vi a un par de gringos viejos que andaban en bicicleta, la señora güera con ojos verdes y el señor con bigotes de cobre. Ahora que lo pienso fue ilógico pero me pregunté si por su cabeza les pasaba el valor que ese objeto, que apenas y los aguantaba, significó para los italianos en los tiempos de hambre y crisis. Yo creo que no, ellos estaban más preocupados por seguir su camino y llegar presurosos al restaurante de los Big Mac.
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Todo se vale...