PÓLVORA Y CONFORT

martes, 5 de julio de 2011

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y EL CINE

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Dos libros de Gabriel García Márquez que fueron llevados al cine. Por una parte, “Crónica de una muerte anunciada” (1987), dirigida por Francesco Rosi. Y por la otra, “El coronel no tiene quien le escriba” (1999), del director Arturo Ripstein.
La primera película me resulta afortunada porque sigue el curso detallado del libro, para empezar. En cambio la segunda tiene la desgracia de anexar personajes que no existen en la historia original, la del premio Nobel. En este sentido, habrá quien diga que el director tiene toda la libertad de formar sus propias adaptaciones, y en eso no difiero, pero me parece que en “El coronel no tiene quien le escriba” llega a convertirse en un defecto al agregar a actrices, como Salma Hayek, que si bien llenan con sensualidad la pantalla, son personajes que no tienen cabida en la trama y terminan por entorpecerla.

Pero vamos por pasos, regresemos a “Crónica de una muerte anunciada”. Sobre este libro es importante resaltar que está en la línea casi imperceptible entre el periodismo y la literatura: es una muestra ejemplar de cómo se pueden juntar elementos de la novela corta con las técnicas de un reportero especializado en textos policiacos o incluso de nota roja.

En esta historia, un narrador – que se intuye sea el propio García Márquez – desmenuza la forma en que los hermanos Vicario asesinan al protagonista, Santiago Nasar, obligados por la defensa del honor familiar. Para esclarecer los detalles y motivos del homicidio, el cronista muestra variadas entrevistas que realizó, años después, en el pequeño pueblo donde ocurrió el crimen.

Ahora bien, cuando Francesco Rosi lleva esta magistral obra a la pantalla grande y decide seguir con exactitud la crónica, yo creo que acierta. Y acierta porque el texto literario es preciso y no hay necesidad de ser un sobre-inventor de personajes ni de otorgarle falsos protagonismos a éstos. Algo que Arturo Ripstein si descuida en la segunda película que estamos analizando.

“El coronel no tiene quien le escriba” es una breve novela que expone a un viejo coronel en la espera de una pensión que nunca llega. Luego del asesinato de su hijo único, el hambre comienza a hacer estragos tanto en él como en su esposa enferma, por lo que su única esperanza para sobrevivir, es ganar las apuestas con un gallo de pelea cansado y caro de mantener.

Como lo hemos venido señalando, Arturo Ripstein agrega atributos que parecen estorbar a los personajes y con ello daña la historia literaria. De tal suerte que en el transcurso de la película se va distorsionando el argumento realista-mágico sobre lo que considero es el libro: una parábola de la paciencia y la espera.

“El coronel no tiene quien le escriba” y “Crónica de una muerte anunciada”, dos textos sublimes llevados al cine con adaptaciones opuestas. Las dos caras de la moneda, como dos son las formas en que estos directores imaginaron su propia historia y construyeron imágenes que, quizá, ya estaban en la mente de los seguidores del escritor colombiano.

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