PÓLVORA Y CONFORT

sábado, 5 de marzo de 2011

RADIOHEAD, "THE KING OF THE LIMBS"

EL REY DE LAS EXTREMIDADES

La verdad, yo no salí corriendo hacia mi computadora el día que me enteré que el octavo álbum de Radiohead, “El rey de las extremidades”, ya era descargable. Lo hice dos semanas después; es decir, en los últimos minutos del pasado viernes.

Tenía la idea de escuchar el disco un par de veces, tomar mis primeras impresiones y plasmarlas en una hoja de papel, pero no fue tan simple. Los ocho cortes atmosféricos que lo conforman dieron más de siete vueltas en el reproductor y la noche envejeció mientras que mi “cabeza de radio” trataba de no perderse entre sus laberintos.

The king of Limbs es el nombre de un roble de más de mil años que adoptó Radiohead para llamar a su nuevo proyecto, título indicado si pensamos que cada canción es una rama de difícil comprensión y texturas pastosas, pero impropio si nos damos cuenta que su dirección resulta predecible.

La maestría que Radiohead ha demostrado en cada uno de sus discos es indiscutible. Obras que desde mi punto de vista han logrado encontrar la perfección de su sonido, sin tener que llegar a búsquedas desmesuradas. Su estilo se escucha natural, orgánico, incluyendo sus trabajos electrónicos en los que han explorado por más de diez años.

Pero en particular pienso que a este último trabajo le faltó un par de temas que sirvieran de pistas para poder descifrarlo. Algo que sí hicieron en su álbum anterior, In Rainbows, del año 2007, al incluir 15 Step y Jigsaw Falling into Place, canciones que son oxigeno puro y que al proporcionarle variaciones, lo hacen más digerible.

Aun con ello, el disco se disfruta mucho. Si bien las guitarras de Jonny Greenwood no son tan constantes como en otros trabajos y llegan a extrañarse, el juego de loops o “bucles” (compases electrónicos exactos) son fascinantes y pueden hipnotizar a cualquiera. La voz de Thom Yorke y sobre todo la forma en que se mezcla con los demás instrumentos hace que el álbum no pase inadvertido, pues ésta es el sello de la casa, es la virtud biológica-genética, es la que los hace distintos ante cientos de grupos que se forman, a diario, en este planeta decadente.

BEAUTIFUL BOY La noche avanza, tus ojos están a punto de cerrarse pero algo te hace falta para dormir tranquilo. Recuerdas que un amigo te envió una canción con sencillas líneas pero donde existen acordes y una letra que sacude. Son momentos en que las melodías pueden ser plumas que lo dicen todo y te elevan como pétalos en el cielo.

En Beautiful Boy, John Lennon le canta al amor más puro que existe: el enviado a un hijo. Todo para Sean, poco o nada para Julian (el otro hijo que tuvo en su primer matrimonio). Pero la canción continúa, hay paseos en bicicleta, caminatas con el bebe montado en la espalda de su padre, paseos en bote, sonrisas, aprendizaje mutuo, castillos en la arena, juegos mecánicos, pasteles de cumpleaños, crecimiento, fotografías de viajes, amistad, confianza y “todo eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”: la vida.

Este proceso humano se acerca a ti con lentitud. Por eso necesitas comenzar a decirle: “Antes de dormir, di una pequeña oración... cierra los ojos, no tengas miedo niño hermoso”.

Nos leemos pronto. Se aceptan teclazos sobre esta columna en el correo... sfloresprensa@hotmail.com Artículo publicado en unomásuno (6-MAR-11)

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