PÓLVORA Y CONFORT

sábado, 23 de abril de 2011

JESUCRISTO DEL BARRIO, "HARAGÁN Y COMPAÑÍA"

JESUCRISTO DE IZTAPALAPA

“Yo lo vi, yo estuve ahí, nadie me lo va a contar, nadie me lo va a contar, nadie me lo va a contar”. Luis Álvarez, “El Haragán”.

El sol de Iztapalapa en el Viernes Santo está apunto de salir. Muy pronto los miles de nazarenos que caminan descalzos por las calles resentirán el calor del piso ardiente y necesitarán atención médica. En la cima del Cerro de la Estrella, aún vacía y desde donde se puede ver toda la ciudad capitalina, llega una brisa fresca, natural para las primeras horas del día. Las tres cruces ya previamente instaladas en la cumbre céntrica de la demarcación están en la espera de casi dos millones de personas, entre las que sobresale ante todas las cosas tangibles e intangibles, creyentes o escépticas, sonoras o silenciosas: el Jesucristo del barrio.

Dentro de ese silencio llega una canción lejana, es el soundtrack que se apodera de una de las representaciones cristianas más solemnes del año, es una canción que toma las pesadas arterias de la delegación para clamar su propio espacio, una nueva realidad que se contrapone con lo que nos muestran en la televisión como “verdad absoluta” sobre la Pasión de Cristo.

Y se contrapone porque la letra de Jesucristo del barrio, de “El Haragán”, Luis Álvarez, no coincide con la imagen Hollywoodesca de un cristo superestrella, aquí es más bien la de un "negro zumbón" que deja crecer su cabello y sigue los pasos de Jesús para terminar varado en “Iztapalacra” quizá para el resto de sus días.

Regresando a la cima, junto a las fúnebres cruces, se puede prever que la representación del Juicio Final y las Tres Caídas se desarrollará en medio de un tumulto de personas (muy jóvenes en su mayoría) que tratarán de estar lo más cerca del Nazareno. No les importará si en su camino por las calles bravas tienen que arrollar a mujeres con sus niños; no les interesará tener que empujar, dar codazos o romper madres, pues la devoción por el Jesucristo de Iztapalapa es tan grande que permanecerán cerca de él a toda costa.

Es así como el recorrido se transformará en una variante de slam en la que estos jóvenes lucharán contra quien sea (llámense granaderos, vecinos de algún otro barrio, padres y madres protectoras de familia) como parte intrínseca de un fervor espiritual denominado La Pasión de Iztapalapa, en donde la canción, "Jesucristo del barrio", de "El Haragán", Luis Álvares, flota en el ambiente colmado de sudor, sangre y muerte, al menos en mi cabeza.

Foto: Iztapalapa (22-04-2011) SFC

AL FINAL. Haragán y Compañía se presentará en el Teatro Metropólitan, el próximo 1 de Julio, para promocionar su primer material independiente "Volviendo a Casa". Ahí estaremos.

Nos leemos pronto. Se aceptan teclazos sobre esta columna nazarena en el correo…sfloresprensa@hotmail.com Artículo publicado en el diario unomásuno (1 de mayo de 2011)

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