PÓLVORA Y CONFORT

sábado, 19 de febrero de 2011

DEEP PURPLE, MÉXICO 2011

LA PROFUNDIDAD DE LA PÚRPURA

El final de un concierto muchas veces es más que una simple cereza del pastel. Puede representar un estado permanente de éxtasis entre el trayecto del auditorio a casa y el momento en el que aterrizas tu cabeza sobre una almohada para tratar de comprender lo que tus sentidos absorbieron en la presentación de la banda.

En ese sentido, el grupo inglés Deep Purple, que por cierto presentará la siguiente semana cuatro toquines en tierras aztecas, es un claro ejemplo de este tipo de finales para una exhibición de música. Me refiero por supuesto a la forma en que ha cerrado algunos de sus eventos con la canción clásica “Smoke on the water”, como se aprecia en su álbum en vivo, “Come Hell or High Water” (1994), donde ya al final de la pieza, los músicos dejan que el acorde de sus instrumentos quede varado por un momento en el espacio, para que su baterista, Ian Paice, marque con un redoble virtuoso el final agonizante y espectacular del concierto.

Por otra parte, aun recuerdo el largo recorrido que tenía que caminar desde la primera secundaria en que estudié, a mi casa. Me imagino que de esa época data mi amor por caminar solo. Eran tiempos en los que esperaba llegar rápido para poner mis casetes y acetatos de Deep Purple a todo volumen. En esos caminos me sentía acompañado por la música de esta banda inglesa.

También eran tiempos en que la situación económica en mi familia era inestable (bueno aun lo sigue siendo), quizá por ello, cuando escuché en Universal Stereo que Deep Purple vendrían a la Ciudad de México, comencé a temblar de emoción pero al mismo tiempo de miedo por la falta de dinero necesario para adquirir mi boleto.

Nunca había ido a un concierto en mi vida, había visto varios en versión VHS pero no era lo mismo. Escuchar en vivo canciones con las que crecí era trascendental en ese momento. Para mi enorme fortuna, mi familia recibió un dinero extra y pudieron comprarme un boleto para ir a ver a Deep Purple. Eso sí, hasta la azotea, pero ¡qué demonios importaba!, iba poder escuchar “Pictures of home”, “Highway star”, “Perfect strangers”, “When a blind man cries”, “Speed King”… Y así fue.

Esta banda púrpura, pionera del heavy metal, ha sufrido diversos cambios en su alineación. Sin embargo la “Mark II” (etiqueta para identificar las diferentes alineaciones del grupo), formada por Ian Guillan (voz), RItchie Blackmore (guitarra), Jon Lord (teclados), Ian Paice (batería) y Roger Glover (bajo) es la más representativa de todas por haber grabado discos clave como: ”In Rock”(1970), “Fireball” (1971), “Machine Head” (1972), “Perfect Strangers”(1984), “The Battle Rages On” (1993) y por su puesto el álbum en directo “Made in Japan” (1972).

De cualquier forma destaco de la alineación “Mark I”, el primer disco de la banda, “Shades of Deep Purple” (1968), por la canción “Hush”, en voz de Rod Evans; del “Mark III”, sobresale el álbum “Burn” (1974), por la canción que da nombre al disco, en voz de David Coverdale y bajo de Glenn Hughes; Y del “Mark VII”, el trabajo “Perpendicular” (1996), con guitarras del ex Kansas Steve Morse.

Nos vemos en el Auditorio Nacional a mediados de la siguiente semana. En esta ocasión no veré a los “Púrpura” desde la azotea del recinto, o quién sabe.

Nos leemos pronto. Se aceptan teclazos sobre esta columna en el correo…sfloresprensa@hotmail.com * Artículo publicado en el diario unomásuno (Domingo 20 de febrero de 2011)

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